Castillo de Solera

Castillo de Solera

Municipio: Huelma

Comarca: Sierra Mágina

Latitud: 37.684383°

Longitud: -3.369013°

Altitud: 1090 m

Introducción

El Castillo de Solera, una joya histórica, se encuentra enclavado al noreste de la actual localidad de Solera, dentro del municipio de Huelma. Se alza majestuosamente sobre un impresionante espolón rocoso que se eleva hasta los 1090 metros de altura, en las faldas del cerro Morrón. Este castillo ostenta el título de ser uno de los más elevados de la provincia de Jaén.

El acceso al castillo está restringido prácticamente al sur, ya que al norte y al este, la pared rocosa se presenta en un dramático y escarpado declive, con una caída que se aproxima a los 300 metros.

La estratégica ubicación del Castillo de Solera, de origen nazarí, le otorga un control visual excepcional sobre el valle donde confluyen los ríos Jandulilla y Gargantón. Desde este punto elevado, también se observa con claridad el pueblo de Bélmez de la Moraleda y el Torreón del Lucero. Esta vista panorámica proporciona una valiosa visión de los sistemas defensivos que en tiempos pasados protegían estas tierras, un recordatorio tangible de la historia y la arquitectura defensiva de la región.

Datos históricos

Los primeros registros escritos sobre Solera se remontan a mediados del siglo XIII, cuando empiezan a surgir menciones de fortificaciones y alquerías enclavadas en los valles serranos. En un documento datado en 1255, se hacen referencias a varias alquerías musulmanas, entre las cuales se encuentra Solera.

A partir del siglo XIII, el valle del río Jandulilla adquirió una gran relevancia estratégica al convertirse en una de las principales rutas de acceso entre el Reino Nazarí de Granada y las campiñas de Úbeda y Baeza, bajo dominio castellano. El Castillo de Solera, posicionado en la margen derecha del río, y el Castillo de Bélmez, junto con su sistema de atalayas (como la Torre del Sol y la Torre del Lucero) en la margen opuesta, aseguraban un control visual fundamental en el paso de acceso al Reino de Granada desde las ciudades cristianas de Úbeda y Baeza.

Solera fue conquistada a mediados del siglo XIII por Don Sancho Martínez de Xódar, una figura influyente y cercana a Alfonso X. Aunque Solera inicialmente pasó a formar parte de sus posesiones, a diferencia de las localidades cercanas de Chincóyar y Ablir, que quedaron en manos definitivas de este noble castellano, Solera fue recuperada por los granadinos en muy pocos años, y no volvió a manos castellanas hasta el siglo XV.

Fue en ese momento, cuando los granadinos perdieron el control de Chincóyar y Ablir, castillos que dominaban la margen derecha del Jandulilla, que se erigió el castillo que conocemos en Solera hoy. La frontera nazarí pasó de tener dos castillos en promontorios fácilmente defendibles y accesibles para la población local a un castillo situado en una posición de difícil acceso en un auténtico nido de águila. Sin embargo, esta ubicación estratégica permitía una vigilancia eficaz de la entrada al valle contra posibles incursiones castellanas.

En 1433, Solera fue finalmente conquistada por los cristianos bajo el mando de Don Fernando de Quesada, comendador de Bedmar, pero regresó al Reino de Granada a mediados del mismo siglo. En la segunda mitad del siglo XV, la frontera entre el Reino de Granada y Castilla fue testigo de fluctuantes conflictos bélicos, influenciados por las circunstancias políticas de ambos reinos. En 1457, D. Juan de la Cueva, regidor de Úbeda y comendador de Bedmar, ocupó Solera, marcando el comienzo de su pertenencia a la familia de la Cueva.

En 1460, el castillo estuvo involucrado en la "Conjura de los Cuevas", un intento de conspiración liderado por los hermanos Calanchas, originarios de Úbeda, con la ayuda de otros caballeros, para arrebatar los castillos de Solera, Huelma, Canena y Albanchez a Don Luis de la Cueva. Don Luis, que se encontraba en el castillo de Bedmar, logró salvarse y alertar a los alcaides de dichos castillos sobre las intenciones de sus atacantes, lo que resultó en la ejecución de uno de los hermanos Calanchas en el castillo de Solera.

Tras perder su función militar y nunca haber sido utilizada como residencia de sus dueños, el castillo comenzó a deteriorarse a finales del siglo XV.

Los sucesivos señores de Solera, entre 1458 y 1543, acumularon un modesto patrimonio que incluía cuatro villas (Solera, Huelma, Torreperogil y Úbeda) adquiridas por donación real. Un estudio sobre los diezmos llevado a cabo por el obispo de Jaén en 1513 refleja a Solera como un lugar despoblado y en ruinas. Para 1588, otro informe del obispado jiennense indica que en Solera habitaban solamente treinta vecinos.

 

El castillo

Cronológicamente, el Castillo de Solera se sitúa en las últimas décadas del siglo XIII. A lo largo de su historia, se pueden distinguir al menos dos fases constructivas que han dado forma al conjunto defensivo que hoy admiramos.

En la cima de la colina, que conforma una pequeña meseta rocosa, encontramos muros de mampostería de tamaño irregular dispuestos de manera desconcertante. Estos muros delimitan un pequeño recinto, que en el pasado albergó un aljibe de dimensiones modestas. Este aljibe aún conserva vestigios de la bóveda apuntada que lo cubría, así como el revestimiento interior de almagra. Más tarde, esta área fue reutilizada con otros propósitos, como lo evidencian los escalones de entrada y una ventana añadida en la parte opuesta.

En una segunda zona plana más abajo, encontramos los restos de construcciones de mayor envergadura. Aquí se desarrolla un auténtico castillo, con torres de mampostería de sillares en las esquinas y muros que circundan el recinto. La conexión entre estas dos áreas se establece mediante un pasadizo cubierto por una bóveda de medio cañón, también construida en mampostería y que aún conserva rastros de enlucido en sus muros. Toda la estructura se asienta directamente sobre la roca, que sirve como cimentación y se adapta a la construcción. Los paramentos originales, aunque deteriorados, a menudo se ven enmascarados por remodelaciones posteriores, donde se empleó yeso y otros materiales menos resistentes.

En los últimos años, el ayuntamiento ha llevado a cabo una serie de intervenciones para consolidar y promover el valor turístico del castillo. Se han construido escaleras y estructuras metálicas que facilitan el acceso hasta la parte más alta.

En reconocimiento de su importancia histórica y arquitectónica, el Castillo de Solera fue declarado Monumento Histórico en 1985 y se encuentra protegido como Bien de Interés Cultural. Esta distinción resalta su significado como un tesoro del patrimonio que merece ser preservado y admirado por las generaciones presentes y futuras.

 

Curiosidades

La toma de Solera es un episodio histórico que el historiador José Manuel Troyano Viedma ha reconstruido basándose en tres fuentes primarias. Estas fuentes proporcionan una visión fascinante de los acontecimientos que llevaron a la conquista del castillo de Solera:

La primera fuente es un manuscrito inédito de la historia de la familia Cueva, donde se intercalan detalles sobre la toma de Solera.

La segunda fuente proviene de Martín de Ortega, quien dejó su testimonio sobre los eventos relacionados con la toma.

La tercera fuente es un albalá del rey Enrique IV de Castilla que también proporciona información valiosa.

Según estos relatos, ciertos adalides llegaron a la villa de Bedmar y se dirigieron al mesón de la localidad, donde informaron que el castillo de Solera ya no estaba tan fuertemente defendido como antes. A raíz de esta noticia, planearon informar al Comendador de Sabiote y al señor de Jabalquinto, quienes eran considerados los caballeros más poderosos en la región en ese momento, con el propósito de preparar una campaña militar para recuperar Solera.

La noticia llegó a oídos de algunos criados de don Juan de la Cueva, quien se encontraba en Bedmar en ese momento. Don Juan de la Cueva consideró la idea oportuna y mandó llamar a los adalides. Una vez en su presencia, los retuvo el tiempo necesario para organizar a sus propios hombres, incluyendo al comendador Martín Alonso de Ortega, Andrés de Ortega (su hermano) y Juan de San Martín "el bueno", junto con otros caballeros. Juntos se dirigieron a la villa de Bedmar, desde donde comenzaron una incursión en territorio moro con un objetivo claro: asaltar y tomar el castillo de Solera.

A pesar de que los adalides habían sugerido que el castillo estaba mal defendido, los caballeros se encontraron con una fuerte resistencia enemiga. Sin embargo, esto no los detuvo en su determinación de conquistar Solera. En medio de la batalla, lograron colocar una escalera en la muralla y comenzaron a ascender. Un escudero subió primero, pero el comendador Martín Alonso de Ortega, al verlo, lo derribó, diciéndole: "¡Vete, que no haces más que perder el tiempo!". Acto seguido, el comendador y sus compañeros ascendieron con valentía, llevando a cabo el asalto que finalmente permitió la toma del hasta entonces inexpugnable castillo de Solera.

Este relato ilustra la audacia y la determinación de los caballeros que participaron en la toma de Solera, un episodio que quedó grabado en la historia como un ejemplo de valentía y perseverancia en la lucha por la conquista de tierras disputadas.

 

Acceso

El castillo de Solera es visitable. Se necesita pedir la llave de acceso al castillo en una tienda cercana. Para mas información contactar con la alcaldía pedánea.

Fotos del Castillo de Solera


Castillo de Solera
Castillo de Solera
Castillo de Solera
Castillo de Solera
Castillo de Solera
Castillo de Solera
Castillo de Solera

Proyecto coordinado por:

Asociación para el Desarrollo Rural de la Comarca de El Condado de Jaén Asociación para el Desarrollo Rural de la Sierra Sur de Jaén Grupo de Desarrollo Rural Sierra de Segura Asociación para el Desarrollo Rural de la Sierra Mágina Asociación para el Desarrollo Socioeconómico de la Loma y las Villas Asociación para el Desarrollo Rural de la Campiña Norte de Jaén Asociación para el Desarrollo Rural Sierra de Cazorla
Castillos y Fortalezas de la Provincia de Jaén