Castillo de Jódar (Castillo de los Carvajales). Jaén

Vídeo del Castillo de Jódar (Castillo de los Carvajales)

Introducción

Enclavado en el sur de la pintoresca Loma de Úbeda, en las estribaciones nororientales de la majestuosa Sierra Mágina, que se interna en el valle del Jandulilla, se encuentra la encantadora localidad de Jódar. Su nombre, con una interesante etimología, se deriva del antiguo término "Saltus", que con el tiempo evolucionó a "Sawdar", haciendo referencia a los frondosos pastizales que adornan su territorio.

Dentro del propio núcleo urbano de Jódar, sobre una imponente plataforma rocosa, se alza el castillo de Jódar. Esta fortaleza estratégicamente ubicada dominaba con majestuosidad los valles de los ríos Guadalquivir, Guadiana Menor y Jandulilla, controlando las importantes vías de comunicación de la región.

Los orígenes de la fortaleza de Jódar se remontan a la segunda mitad del siglo XIII, con indicios de posibles estructuras defensivas previas que podrían haber sido aprovechadas en su construcción. A lo largo de los años, este castillo ha experimentado notables transformaciones y remodelaciones, que han contribuido a su historia y a su perdurabilidad en el tiempo.

Datos históricos

El castillo de Jódar, en sus orígenes, fue una modesta alquería de fácil defensa. Con el propósito de proteger a sus habitantes y controlar las entradas a los valles de los ríos Bedmar y Jandulilla, así como vigilar la estratégica Loma de Úbeda y el valle del alto Guadalquivir, se erigió una pequeña fortificación amurallada. Además, en el cerro de la Atalaya se levantó otro refugio fortificado para enfrentar tiempos de amenaza en la alquería.

Hacia finales del siglo IX, durante el emirato de Abd Allah, un líder muladí llamado Jayr ben Sakir se sublevó contra Granada y Jaén, logrando importantes victorias en la región. Sin embargo, su alianza con Ibn Haff, quien traicionó a Jayr ben Sakir y envió su cabeza a Córdoba en 890, puso fin a esta rebelión. Posteriormente, otra revuelta muladí, liderada por Ibn Saliya, mantuvo la inestabilidad en la zona hasta que también fue sofocada.

Con la pacificación de Jódar en el siglo X, la localidad se especializó en la producción y exportación de aceite, experimentando un notorio crecimiento demográfico y convirtiéndose en uno de los Iqlims de la Cora de Yayyan. Este desarrollo propició la construcción de sólidas murallas de tapial de argamasa y una impresionante alcazaba, que servía como residencia del gobernador y contaba con defensas robustas y lujos palaciegos.

En 1231, Fernando III conquistó Sawdar como parte de su avance hacia la toma de Úbeda, otorgándola a Sancho Martínez de la Torre, quien a partir de entonces se denominó Sancho Martínez de Xódar. Su misión era asegurar el control del paso del río Jandulilla, y de esta época data la construcción de la llamada Torre Vieja o Sur.

En 1272, Alfonso XI otorgó el Fuero de Lorca a Jódar. Tras la muerte de Sancho Martínez de Xódar, sus dominios pasaron a manos de los Méndez de Sotomayor, señores de El Carpio y Bedmar.

Bajo el patrocinio de la familia cordobesa Méndez de Sotomayor, en 1328 se llevó a cabo una importante reconstrucción del castillo, que incluyó la construcción de la Torre Nueva o Norte y la ampliación de las murallas de la villa de Jódar.

En 1371, la familia Sotomayor vendió el castillo de Jódar a don Ruy López Dávalos, condestable de Castilla. Sin embargo, un conflicto con don Álvaro de Luna lo llevó a ser acusado de traición por el rey Juan II, quien lo despojó de sus títulos y propiedades, tomando Jódar para confiscar sus bienes, que luego fueron entregados a los Stúñiga.

En 1520, durante el levantamiento de los Comuneros, se intensificaron los enfrentamientos entre los Carvajales y sus opositores, los Benavides y los de la Cueva, tanto en Úbeda y Baeza como en las plazas fuertes de la Loma de Úbeda y Sierra Mágina. El asesinato de don Luis de la Cueva en Jódar por don Diego Carvajal condujo a la toma del castillo por el bando rival como represalia.

Conocido popularmente como el "castillo de los Carvajales", esta fortaleza desempeñó un papel crucial durante dos siglos en la contención del poder nazarí en la región.

En la segunda mitad del siglo XVII, el castillo fue rehabilitado como residencia de los marqueses de Jódar. Posteriormente, en 1885, después de años de abandono, se convirtió en un hospital destinado a tratar a pacientes con cólera.

Más recientemente, el castillo de Jódar ha sido reconocido como un Bien de Interés Cultural, lo que resalta su importancia histórica y arquitectónica.

El castillo

Hoy en día, el castillo de Jódar presenta un estado de conservación que se limita a dos de sus torres, las cuales lamentablemente han perdido los característicos merlones que solían coronar sus almenas, así como parte del muro perimetral que rodeaba el recinto.

Este histórico castillo se encuentra asentado sobre un podio rocoso de forma rectangular. Los muros del recinto se alzan sobre el borde de esta plataforma rocosa, y en su interior podemos apreciar dos imponentes torres del homenaje. Estas torres se ubican cerca de los extremos del rectángulo, estratégicamente posicionadas para dominar los puntos más vulnerables del castillo y su patio de armas.

En su origen, el castillo de Jódar fue una alcazaba musulmana, construida con una mezcla de mampostería y sillares, estos últimos ubicados en las cadenas de los vértices. Sin embargo, a lo largo de su historia, los señores castellanos llevaron a cabo significativas reformas y transformaciones, especialmente en las dos torres del homenaje que aún perduran en su interior.

La torre norte, conocida también como la Torre Vieja, presenta una planta casi cuadrada con dimensiones aproximadas de 15,30 x 12,60 metros. Se presume que la entrada original se encontraba en el lado sur, a la altura del primer piso, ya que la planta baja no tenía conexión con el resto de la estructura. En la fachada norte de esta torre, podemos observar dos series de saeteras, siendo más largas en el segundo piso y algunas de ellas parcialmente cegadas.

Por su parte, la torre sur o Torre Nueva también posee una planta cuadrada con dimensiones cercanas a 13,50 x 12,40 metros y se encuentra a una distancia de 41 metros de la torre norte. Esta torre dominaba la doble puerta de entrada al castillo, ubicada en su fachada norte. En su interior, alberga un aljibe y un muro central. Las saeteras de esta torre son similares a las de la Torre Vieja, y en su interior se conservan bóvedas vaídas del siglo XVI, así como restos de estuco mudéjar.

Las dos torres del homenaje conforman un recinto interno desde donde se puede controlar el área alrededor del castillo, que está rodeado por la muralla que conforma el recinto exterior de la antigua alcazaba. Este recinto exterior fue construido utilizando la técnica de tapial con la técnica de ta"biya, y aún hoy en día se conservan algunas partes del cerramiento, especialmente en la parte este y parte del norte.

El castillo de Jódar desempeñó un papel crucial en la defensa de la región, ya que combinaba la clásica doble línea defensiva de recinto exterior y alcazaba interna. Esta particularidad permitía una prolongada resistencia en dos bastiones independientes que, además, podían prestar apoyo mutuo en caso de un ataque. Recientemente, este castillo ha sido reconocido como un Bien de Interés Cultural, destacando su significativa importancia histórica y arquitectónica en la provincia de Jaén.

Horarios

Invierno (16 de septiembre a 31 de mayo)

Viernes de 9.00 a 14.00h

Sábados de 10.00h a 14.00h y de 16.00h a 18.00h

Domingos de 10.00h a 14.00h

Verano (1 de junio a 15 de septiembre)

Viernes de 9.00 a 14.00h

Sábados de 9.00h a 13.00h y de 17.00h a 19.00h

Domingos de 9.00h a 13.00h

Para visitas de grupo necesario cita previa en el teléfono 953 77 97 18