Castillo, aljibe y entorno de la Plaza de Santa Maria
Municipio: Arjona
Comarca: Campiña Norte de Jaén
Latitud: 37.935619°
Longitud: -4.054395°
Altitud: 451.151 m
Vídeo del Castillo, aljibe y entorno de la Plaza de Santa Maria
Introducción
Arjona, con su ubicación estratégica en lo alto de un cerro que domina la campiña jiennense, tiene una rica historia que se refleja en los pocos restos que quedan de su poderosa alcazaba medieval.
Este cerro en el que se encuentra la plaza de Santa María ofrece una vista panorámica impresionante de la fértil y extensa campiña circundante.
En la actualidad, en el lugar donde se alzaba la alcazaba, se pueden encontrar la iglesia de Santa María, que combina elementos de los estilos gótico y renacentista, y el Santuario de los Mártires, una obra característica del barroco tardío.
Estos edificios religiosos son testigos de la evolución arquitectónica y cultural de Arjona a lo largo de los siglos y añaden a su patrimonio histórico y arquitectónico.
Datos históricos
Arjona tiene una historia rica y diversa que abarca varios milenios. Desde el tercer milenio a.C., la zona alta de Arjona estuvo habitada, marcando así su presencia en la Edad del Cobre y la Edad del Bronce. En ese período, hubo un poblado prehistórico en la zona.
Más tarde, en lo que hoy es la plaza de Santa María, existió un oppidum ibérico que finalmente se romanizó. Los romanos construyeron templos en la ciudad, incluyendo uno dedicado a Augusto y otro a Plotina, esposa de Trajano.
La presencia visigoda en Arjona también dejó su huella, aunque fue efímera y con una población limitada.
Durante el dominio musulmán, la tribu de los Banu Bayila ocupó la zona del oppidum y mejoró el sistema defensivo de la ciudad, construyendo murallas, torres y dos recintos murados, uno para la ciudad (madina) y otro para la alcazaba. También se construyó un castillo en esta época.
En la época almohade, a finales del siglo XII, se fortificó aún más la ciudad con veintidós torres y dos torres albarranas, una de ellas de planta octogonal.
El auge de Arjona llegó en la primera mitad del siglo XIII, durante el reinado de Muhammad Ibn al-Hamar, quien la independizó y fundó el reino nazarí de Granada.
En 1244, Arjona pasó a manos de Fernando III, quien la declaró villa de realengo. Sin embargo, pronto pasó al Concejo de Jaén, pero recuperó su condición de realengo por decisión de Sancho IV.
Durante la guerra civil entre Pedro I el Cruel y Enrique de Trastámara, Arjona apoyó a este último. Enrique II premió su lealtad concediéndole ciertos ingresos para su defensa.
Más tarde, Arjona fue señorío del condestable de Castilla, Rui López Dávalos, y posteriormente de don Álvaro de Luna, quien finalmente lo cedió a la Orden de Calatrava a cambio de otras villas.
La implicación de la Orden de Calatrava en los conflictos civiles de la época, especialmente en el bando de la nobleza contra el rey Enrique IV, llevó a la reparación y mejora de las defensas de Arjona en varias ocasiones, incluida la torre del Homenaje.
Lamentablemente, las excavaciones arqueológicas realizadas en el siglo XVII para encontrar reliquias cristianas destruyeron partes significativas de la fortificación medieval, incluidas las torres y las murallas, y utilizaron las piedras en la construcción del santuario en la zona de Santa María.
La fortificación medieval
La fortificación medieval de Arjona se distribuía en varios recintos y presentaba una estructura defensiva impresionante, aunque en la actualidad se conservan pocos restos de ella.
La alcazaba se ubicaba en la parte más alta de la ciudad, sobre el antiguo oppidum ibero-romano. Contaba con aproximadamente 22 torreones y dos torres albarranas de mayor envergadura, una de ellas de planta octogonal.
Aunque la mayoría de estos elementos defensivos han desaparecido, todavía se pueden encontrar algunos vestigios, como dos torres incorporadas a casas en las calles Belén y del Reloj, así como otra cerca del santuario de los Mártires.
El alcázar, que ocupaba la zona entre la plaza de Santa María y la calle de los Mártires, ya no existe en la actualidad. En su lugar se encuentran la Iglesia de Santa María y la Ermita de los Santos, construidas utilizando las piedras de las torres del antiguo recinto.
Dentro de lo que fue el alcázar, se halla un aljibe de estilo almohade, cuya bóveda se sostiene en dos columnas romanas que llevan inscripciones latinas.
El antemuro se situaba entre el muro de la alcazaba y la muralla exterior, añadiendo una capa adicional de protección a la ciudad.
En las afueras de la ciudad, se extendía otro recinto amurallado que se adaptaba al terreno montañoso del cerro y cubría un amplio perímetro.
Este recinto no estaba equipado con torres de defensa de forma regular, ya que en algunos sectores el terreno extramuros era tan empinado que solo requería un simple parapeto defensivo.
A lo largo de la Edad Media, la fortaleza de Arjona sufrió daños y reparaciones debido a los conflictos bélicos, pero en su conjunto, resistió hasta el siglo XVII. Según registros de 1639, la muralla de Arjona tenía siete puertas, mientras que el alcázar contaba con tres accesos principales.
Acceso al aljibe
El aljibe es visitable bajo cita previa en el 953 523 325 teléfono del ayuntamiento de Arjona o en calle Cervantes nº9.
Localización
Cómo llegar al
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