Andrés de Vandelvira

Andrés de Vandelvira, nacido en 1505 en Alcaraz (Albacete), fue un reconocido arquitecto español del Renacimiento que dejó su huella en la provincia de Jaén, entre otros municipios. En las ciudades de Úbeda y Baeza, iconos del Renacimiento de la época y declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, se puede comprobar el trabajo de Andrés de Vandelvira en los monumentos más emblemáticos de cada una de estas ciudades.

Además de ser arquitecto, Andrés de Vandelvira era un hombre culto que estudió los tratados más famosos de la época y los puso en práctica, siempre con sello propio. En la provincia de Jaén, la misma Diócesis y varios nobles bien relacionados le mandaron construir grandes monumentos que a día de hoy podemos seguir admirando.

Andrés de Vandelvira es el responsable de introducir la bóveda vaída o bóveda de pañuelo en España. Este estilo se entiende por su similitud a la forma que adopta un pañuelo mojado cuando se cuelga de las cuatro puntas, pero de forma invertida.

Primeros años

El origen familiar de Andrés de Vandelvira es todo un misterio a día de hoy. Hay quienes creen que tiene ascendencia flamenca y hay quienes piensan que es hijo de “Juan el de Elvira”, arraigado en tierras de Alcaraz desde el siglo XV.

Durante mucho tiempo, hasta bien entrado el siglo XX, se creyó que el arquitecto era hijo de otro arquitecto, Pedro de Vandelvira, el cual habría trabajado en la Catedral de Jaén, estudiado en las más prestigiosas escuelas de Italia y conocido al mismísimo Miguel Ángel. Sin embargo, hoy se conoce que es un error, puesto que el autor Martín Jimena Jurado confundió el nombre de Pedro con el de Andrés, por lo que Pedro de Vandelvira nunca existió.

Los primeros pasos de Andrés de Vandelvira confirmados aparecen cuando el joven rondaba la mayoría de edad, con unos 18 años. Por entonces, el joven arquitecto ya hacía modestos trabajos de cantería en Alcaraz, su ciudad natal. El convento de San Francisco y la Iglesia de San Ignacio fueron de los primeros trabajos de Vandelvira.

Andrés de Vandelvira se casó con una de las hijas de Francisco de Luna, un reconocido arquitecto de la época y del que se cree que aprendió el oficio. En 1529, Francisco de Luna se sumerge en las obras del Convento de Uclés, sede principal de la Orden de Santiago. Vandelvira, con solo 21 años, se une a este proyecto y comienza así a formar su personalidad como arquitecto. Las obras de Uclés le proporcionaron a Vandelvira el conocimiento directo del elegante lenguaje del primer Renacimiento, el cual se conoce como “plateresco”.

Guiado por la influencia de este movimiento, Andrés de Vandelvira realiza en 1531 la plaza mayor de Alcaraz y numerosas construcciones civiles y religiosas alrededor de esta, como al portada del Alhorí y la torre del Tardón, ambas en Alcaraz.

Vandelvira y la provincia de Jaén

 En 1533, Vandelvira visita el municipio de Villacarrillo, tierra natal de su esposa y donde comienza la andadura del arquitecto en la provincia de Jaén. Fue en estas tierras donde Vandelvira adquirió la mayor parte de su patrimonio, artístico y personal, y donde residió hasta el día de su muerte en 1575.

Gracias a su conexión con Francisco de Luna, Vandelvira consiguió trabajar en diferentes obras pequeñas de Orcera, Hornos y Segura de la Sierra, las cuales le valieron para consolidarse como arquitecto. Es en esta época, alrededor de 1530, donde participa en la Iglesia de la Asunción.

Úbeda

Hablar de Andrés de Vandelvira implica hablar de Úbeda y Francisco de los Cobos.

Francisco de los Cobos, nacido en Úbeda, fue secretario del Estado del rey Carlos I de España y Carlos V de Francia, el rey César. Gracias a su influencia y a sus lazos con la corona, de los Cobos consiguió iniciar un gran proyecto de modernización de su ciudad natal con la construcción de nuevas y grandes instalaciones: hospitales, universidad, iglesias, palacios… Para ello, contó con la ayuda de Andrés de Vandelvira, el cual se adjudicó las obras de la Sacra Capilla del Salvador en 1536 y del convento de Santa Clara, ambos iconos de la ciudad.

A partir de entonces, la popularidad de Andrés de Vandelvira no hizo más que aumentar. No solo nobles como Francisco de los Cobos querían gozar del trabajo del arquitecto, también el deán Fernando Ortega quiso contar con Vandelvira para la iglesia de San Nicolás. Incluso, el Consejo de Úbeda le encargó varias obras civiles, como el puente Ariza.

Casi 20 años estuvo Vandelvira asentado en la ciudad de Úbeda para realizar todos los trabajos que le encargaban: el palacio de las Cadenas, el palacio Vela de los Cobos, el Hospital de Santiago, el palacio del marqués de la Rambla…

Sabiote y Canena

La relación profesional entre Andrés de Vandelvira y Francisco de los Cobos se extendió fuera de las fronteras de Úbeda, llegando, por ejemplo, a Sabiote y a Canena.

Francisco de los Cobos llega a Canena y compra la ciudad. Es entonces cuando Vandelvira inicia las obras del castillo de Canena, siendo en su interior donde proyecta todos sus conocimientos como arquitecto: multitud de proporciones, ritmos y armonías, órdenes arquitectónicas, ornatos y emblemas propios de la arquitectura renacentista. Cabe destacar la galería superior, con bóvedas vaídas, motivo característico de la arquitectura de Vandelvira.

En 1543, de los Cobos quiso reformar la antigua alcazaba hispano-musulmana de Sabiote en un palacio renacentista y, para ello, contó con Vandelvira. Tanto en Sabiote como en Canena, se pueden contemplar las influencias italianas de Vandelvira.

El arquitecto conservó su estructura y aspecto de vigía, fortaleza y defensa, pero lo dotó con troneras, escudos heráldicos y remplazó el patio de armas en un patio renacentista. El castillo de Sabiote forma un espectacular recinto rectangular con tres grandes torres. Es exterior, pintoresco y goza de una elegancia típica del Renacentismo que contrasta con la robustez militar de la antigua fortaleza.

La Catedral de Jaén

En su época de mayor expansión profesional y madurez artística, Vandelvira recibe la oferta de la realización de la Catedral de Jaén. Por entonces, ya se habían convocado a otros compañeros de profesión y artistas con renombre; sin embargo, fue Vandelvira quien se hizo como maestro mayor de obras en 1553.

Desde ese momento, se inicia de lleno con la estructura de la catedral de Jaén, aunque solo pudiera finalizar la sacristía, la sala capitular y la bóveda de enterramiento con las altas dependencias, ya que muere en 1575. Sin embargo, sus predecesores quisieron dejar la huella de Vandelvira en el resto de la catedral.

El contrato en la catedral de Jaén pretendía recuperar otros proyectos dirigidos por la Diócesis de Jaén, como la modernización de otros templos del estilo gótico al renacentista. Algunos de estos son la catedral de Baeza, ciudad en la que Vandelvira también dejó un gran legado, la iglesia de la Inmaculada Concepción de Huelma, el santuario de la Virgen de la Cabeza, que recibe a la romería más antigua del mundo y la basílica de Santa María la Mayor de Linares.

Otras obras

El señor de La Guardia de Jaén, Rodrigo Messia Carrillo, encargó a Vandelvira el convento de Santo Domingo, conocido como de Santa María Magdalena, así como el proyecto de la Iglesia de Santa María, en Cazorla, y que actualmente se encuentra en ruinas.

En Baeza, ciudad muy ligada a Vandelvira, Diego Valencia de Benavides, noble local y enemigo de los Cobos, encargó al arquitecto la construcción de una capilla funeraria en la Iglesia de San Francisco en 1558. Aunque el terremoto de 1755 no dejó mucho en pie, se le conoce como la capilla de los Benavides.

Fuera de la provincia de Jaén, Andrés de Vandelvira interviene en la Catedral de Cuenca, siendo maestro mayor de la obra desde 1560 hasta 1567, en el puente de San Pablo, en la Casa Consistorial de San Clemente y en la iglesia de Santiago Apóstol. Además, su conocimiento resultó indispensable para el diseño de la Catedral de Málaga o la de Sevilla y la tasación de las remodelaciones en una capilla de la Catedral de Guadix.