Torres de Santa Catalina

Torres de Santa Catalina

Municipio: Orcera

Comarca: Sierra de Segura

Latitud: 38.309652°

Longitud: -2.673047°

Altitud: 755 m

 

Introducción

Las Torres de Santa Catalina comprenden un conjunto de tres torres fortificadas de origen musulmán, erigidas con fines defensivos y estratégicamente ubicadas a una distancia aproximada de 300 metros entre sí. Estas impresionantes estructuras se encuentran situadas en una elevación de terreno entre los ríos Trujala y Orcera, en la zona que conecta las localidades de Orcera y Segura de la Sierra.

De las tres torres, dos de ellas, las más alejadas del centro de Orcera, se presentan como gemelas en su diseño, mientras que la tercera, que se encuentra algo más distante de las otras dos, se diferencia en cuanto a su arquitectura. Algunos indicios sugieren la posibilidad de que en el pasado pudiera haber existido una cuarta torre en lo que hoy corresponde al núcleo urbano de Orcera. De hecho, algunos investigadores sostienen que la iglesia de la Asunción podría haber aprovechado una de estas torres para la construcción de su campanario.

La disposición estratégica de estas torres se concibió de manera que permitiera llevar a cabo tareas de defensa, vigilancia y refugio en un terreno caracterizado por la necesidad de cubrir numerosos flancos ante posibles amenazas y ataques. Estas torres, además de su valor histórico y arquitectónico, representan un testimonio fascinante de la importancia de la defensa fronteriza en la región de Jaén durante la época medieval.

 

Datos históricos

Las Torres de Santa Catalina, junto con la hoy desaparecida Torre de Orcera, forman parte de una línea defensiva que se erigió entre los siglos XII y XIII en respuesta al avance de los ejércitos castellanos a través de La Mancha y el valle del Guadalquivir. Esta línea defensiva tenía como objetivo proteger el territorio y enfrentar las posibles incursiones enemigas.

A pesar de que esta es la teoría más extendida, algunos investigadores plantean una hipótesis alternativa. Sugieren que las Torres de Santa Catalina podrían remontarse a la época de la dominación cartaginesa en la península ibérica, entre los años 237 y 202 antes de Cristo. Estas torres son mencionadas por Tito Livio como "Torres de Aníbal", y se cree que una de ellas fue el escenario de la muerte de uno de los hermanos Escipión durante los enfrentamientos bélicos del año 211 a.C. Según esta teoría, las torres no serían exclusivamente de origen medieval, ya que aunque pudieron haber experimentado restauraciones o reconstrucciones parciales en ese período, su origen se remontaría al siglo III a.C., durante las guerras entre Roma y Cartago por el control de la península ibérica.

Hasta los siglos XII y XIII, la población de Orcera, una pequeña alquería integrada en el distrito administrativo de Segura, se refugiaba en el Hisn Saqura en caso de amenaza. Sin embargo, con la creación del reino Taifa de Saqura y la posterior amenaza de las tropas cristianas, se hizo necesaria la construcción de una fortificación más cercana para la protección de la población.

Tras la conquista cristiana entre 1235 y 1242, Orcera fue cedida a la Orden de Santiago por Sancho IV en 1285, convirtiéndose en un arrabal de Segura de la Sierra, a la que estuvo subordinada durante toda la Edad Moderna. A pesar de las reformas realizadas en esta población, las estructuras defensivas, como la cerca y la torre del castillejo de Orcera, se mantuvieron intactas. Esta última torre fue posteriormente adaptada como campanario de la iglesia durante un período de tiempo. Aunque las fuentes no mencionan explícitamente las Torres de Santa Catalina, es razonable suponer que continuaron desempeñando su función defensiva ante las incursiones procedentes del Reino de Granada.

Durante la Baja Edad Media y toda la Edad Moderna, Orcera formó parte de la Encomienda de Segura de la Sierra, bajo la jurisdicción de la chancillería real de Granada y el obispado de Cartagena. Entre 1507 y 1748, el señorío santiaguista de Segura se segregó del Reino de Jaén para incorporarse al de Murcia, marcando un capítulo importante en su historia.

 

Las torres

Las Torres de Santa Catalina se componen de un conjunto de tres torres fortificadas de época musulmana, distanciadas entre sí aproximadamente unos 300 metros. Estas torres se ubican en una loma estratégica entre los ríos Trujala y Orcera, entre las localidades de Orcera y Segura de la Sierra.

Las dos torres gemelas, conocidas como la Torre Norte (Torre 2) y la Torre Sur (Torre 3), presentan una forma ligeramente tronco-cónica y tienen una planta rectangular con dimensiones aproximadas de 5,30 x 4,20 metros. Alcanzan una altura de alrededor de 14 metros y constan de tres plantas, aunque cabe destacar la presencia de una especie de subplanta con una altura de 1,70 metros, lo que da la impresión de que cuentan con cuatro pisos en total. La segunda planta es notablemente más alta, llegando a los 7 metros, mientras que las dos plantas superiores se reducen a una altura de 3,20 metros.

El acceso a estas torres se realiza desde el segundo piso, lo que ha llevado a algunos estudiosos a sugerir que el primer piso pudo haber sido utilizado como un aljibe en el pasado.

En los niveles tercero y cuarto, las torres están provistas de una serie de saeteras que se abren hacia el interior, con una saetera por cada lado de la torre. Una de estas saeteras, que parece ser más ancha que las demás, servía como entrada a la torre y se encontraba a una altura de 7,20 metros.

La construcción de estas torres se realizó principalmente utilizando la técnica del tapial, aunque se empleó una cantidad considerable de piedra en la mezcla. Ambas torres han perdido sus almenas originales, aunque la Torre 2 conserva algunos restos de ellas.

La función exacta de estas torres ha sido motivo de debate entre diferentes investigadores. Es plausible que las dos torres gemelas desempeñaran el papel de torres de vigilancia óptica, ya que carecen de otros tipos de estructuras defensivas. Su objetivo habría sido supervisar el intrincado paisaje de colinas que las rodea, observando las rutas que podrían ocultar de la vista de los castillos vecinos, posibles caminos de invasión.

La tercera torre, conocida como Torre Baja (Torre 1), es notablemente diferente en comparación con las otras dos. Es más robusta, de menor altura y mayor amplitud, y está asociada a un recinto y una muralla que la rodeaban, de los cuales apenas quedan vestigios en la actualidad. Se cree que esta torre formaba parte de un castillo rural o una fortificación de mayor envergadura.

La planta de la Torre Baja es más rectangular, con dimensiones aproximadas de 8,60 x 5,65 metros. Al igual que las otras torres, su construcción se basó en el uso de tapial enriquecido con piedra. Esta torre cuenta con tres plantas y su acceso se realiza a cierta altura. La iluminación en su interior se lograba mediante una serie de saeteras estratégicamente ubicadas. Además, la Torre Baja está situada en la cuenca del río Orcera.

En los alrededores de estas tres estructuras se han encontrado numerosos fragmentos de cerámica islámica y cristiana en la superficie, lo que sugiere la importancia histórica de la zona.

Estas torres han sido declaradas Bienes de Interés Cultural y han recibido la distinción de Monumento Histórico en 1985, en reconocimiento a su valor histórico y arquitectónico. Las Torres de Santa Catalina no solo son un testimonio de la arquitectura defensiva medieval, sino también un enigma que despierta la curiosidad de aquellos que exploran la historia de la provincia de Jaén.

 

¿La Torre de Santa Catalina IV? La torre de Orcera

Se ha especulado sobre la posible existencia de una cuarta torre, que podría haber formado parte del mismo recinto amurallado que las tres torres de Santa Catalina en Orcera. Esta supuesta cuarta torre habría sido un torreón de lo que se considera el castillo primitivo de la localidad.

Sin embargo, su existencia y ubicación exacta siguen siendo objeto de debate y no se han encontrado evidencias arqueológicas sólidas que confirmen su presencia. La Torre de Santa Catalina IV, de existir, habría sido parte integral de la defensa de la zona en tiempos medievales.

Lo que sí se sabe es que, en algún momento de la historia, esta estructura pudo haber sido reaprovechada en la construcción del campanario de la Iglesia de la Asunción en Orcera. Esta adaptación arquitectónica evidencia la capacidad de las generaciones posteriores para reutilizar las construcciones antiguas con nuevos propósitos, conservando así parte de la historia en su evolución arquitectónica.

La Torre de Santa Catalina IV, si existió, permanece en la oscuridad de los registros históricos y arqueológicos, lo que la convierte en un misterio fascinante que añade aún más intriga a la rica historia de la región. Su posible conexión con las Torres de Santa Catalina y su contribución a la defensa de Orcera en el pasado la convierten en un tema de interés para los estudiosos de la historia y la arqueología de la provincia de Jaén.


Acceso

Las torres son visitables y de acceso libre.

Fotos del Torres de Santa Catalina


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Proyecto coordinado por:

Asociación para el Desarrollo Rural de la Comarca de El Condado de Jaén Asociación para el Desarrollo Rural de la Sierra Sur de Jaén Grupo de Desarrollo Rural Sierra de Segura Asociación para el Desarrollo Rural de la Sierra Mágina Asociación para el Desarrollo Socioeconómico de la Loma y las Villas Asociación para el Desarrollo Rural de la Campiña Norte de Jaén Asociación para el Desarrollo Rural Sierra de Cazorla
Castillos y Fortalezas de la Provincia de Jaén