Encomienda de Segura
Cuando hablamos de “Encomienda”, nos referimos a una asignación por parte de la corona a un súbdito español (o grupo militar) de una determinada cantidad de patrimonio y/o territorios en compensación por los servicios prestados.
La encomienda de Segura de la Sierra fue una de las más importantes y principales encomiendas de la Orden militar de Santiago.
El origen de la encomienda
Tenemos que trasladarnos hasta 1212, cuando se disputó la batalla de las Navas de Tolosa. Es entonces cuando Segura fue tomada; exactamente, dos años más tarde, en 1214. Sin embargo, el control completo no llegaría hasta 1242, cuando la Orden de Santiago tomó el control.
Para recompensar a la Orden de Santiago la labor de ayuda en la reconquista del Campo de Montiel (Ciudad Real) y de la Sierra de Segura (Jaén), la fueron concedidos por parte de la corona las siguientes tierras y castillos:
- Torres de Albanchez, en 1235.
- Los municipios de Hornos, Beas de Segura y Chiclana de Segura, en 1239.
- Segura de la Sierra en 1242, coincidiendo con el mismo año en que se designó como maestre principal de la Orden a Pelayo Pérez Correa.
En la encomienda de Segura de la Sierra, sus poseedores se titulaban comendadores mayores de Castilla debido a su relevancia. En dicha asignación, los comendadores tenían el derecho de cobrar tributos y administrar justicia en este territorio a cambio de protegerlo y defenderlo de los ataques enemigos; en aquella época, de los ataques musulmanes.
Las funciones principales de la encomienda de Segura de la Sierra tenían varias vertientes:
- Funciones militares, dada su especial orografía y su situación geográfica, haciendo de frontera con el Reino de Granada.
- Funciones fiscales. El centro administrativo de la Orden de Santiago se estableció en Segura. Desde allí, las rentas de la orden militar fueron aquellas que se recibieron para administrar su jurisdicción, servicio militar, comercio, pastos y varios monopolios señoriales.
- Funciones económicas. La economía de la tierra de la encomienda de Segura de la Sierra era rica y fértil. Se centraba en la agricultura, tierras de labor (riego y secano), en tierras de pastos, ganaderías y bosques.
Ámbito geográfico
La encomienda de Segura fue la mayor encomienda del Reino de Castilla de la Orden de Santiago. Su centro administrativo se situaba en la villa y el castillo de Segura de la Sierra, aunque sus fronteras se extendían hasta el reino de Murcia, parte de la actual Castilla La Mancha y la provincia de Jaén.
En la provincia de Jaén, la encomienda de Segura se extendía hasta los términos municipales de Orcera, Siles, Torres, Hornos, Génave, La Puerta, Bayonas, Villarrodrigo o El Hornillo.
Fuera de las fronteras jiennenses, se extendía hacia Moratalla, en la provincia de Murcia, y Albadalejo, en la provincia de Ciudad Real.
Varios municipios de la provincia de Albacete también se incluían dentro de la encomienda de Segura, como Yeste, Férez, Letur, Liétor, Nerpio, Tazona y Socovocos.
Dentro de sus zonas limítrofes, se encontraban castillos y fortalezas como:
Historia de la encomienda de Segura
La historia de la encomienda de Segura de la Sierra data entre 1235, fecha de su concepción, hasta el final del Antiguo Régimen de España, principios del siglo XIX, cuando se pone fin a esta asignación.
Según los documentos encontrados hasta la fecha, parece deducirse que el rey Fernando III El Santo fue el primero en nombrar encomenderos de Segura de la Sierra a los caballeros de la Orden de Santiago, un nombramiento que posteriormente sería confirmado y enriquecido con nuevos privilegios y dádivas por sus sucesores en el trono de España. No se descarta, sin embargo, la posibilidad de que el rey Alfonso VIII, responsable de la victoria de la batalla de las Navas de Tolosa, hubiera hecho alguna suerte de donación o promesa a los santiaguistas con respecto a Segura, ya que no se encuentran referencias a este rey en los documentos.
En la concesión de estos territorios por parte del rey Fernando III a la Orden de Santiago tenía como meta la guarda y defensa de la frontera con el Reino de Granada. En pleno siglo XIII, las relaciones cristiano-musulmanes eran tensas y se continuaba con la intención de conquista del territorio musulmán. Los encomenderos, por entonces, tenían la responsabilidad de levantar y mantener fortificaciones, reclutar y estrenar soldados y organizar la defensa de la zona en caso de ataque enemigo.
Con el paso del tiempo, y llegados a la época medieval, la encomienda de Segura de la Sierra seguía siendo una importante zona fronteriza entre los reinos cristianos y musulmanes (no fue hasta 1492 cuando se conquistó Granada, poniendo fin así a la época de la Reconquista). La posición estratégica del municipio de Segura la convirtió en un lugar clave en la lucha por el control de la región.
Durante los siglos XIII y XVI, la Encomienda de Segura de la Sierra fue un importante centro económico, gracias a la producción de aceite de oliva y cereales, actividades que a día de hoy siguen teniendo un papel relevante en la región. Además, sus bosques y montañas proporcionaban recursos madereros y de caza.
A lo largo de los siglos XV y XVI, el sistema de encomiendas fue sustituido por el sistema de señoríos, el cual establecía una relación feudal entre el señor y los habitantes del territorio. En el caso de la encomienda de Segura de la Sierra, los señores que gobernaron la zona fueron los Fernández de Córdoba, quienes también ostentaban el título de Condes de Cabra.
Durante la Edad Moderna, la encomienda de Segura de la Sierra perdió gran parte de su importancia estratégica y económica. Sin embargo, su patrimonio histórico y cultural se ha mantenido hasta nuestros días, convirtiéndose en un atractivo turístico para aquellos que quieren conocer la rica historia y la belleza natural de la zona.
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