Torreón Árabe
Municipio: Sorihuela del Guadalimar
Comarca: Condado de Jaén
Latitud: 38.240943°
Longitud: -3.053845°
Altitud: 652.504 m
Vídeo del Torreón Árabe
Introducción
Sorihuela de Guadalimar está situada al norte de los ríos Guadalquivir y Guadalimar, al pie de la Loma de Chiclana en la Sierra de las Cuatros Villas. En sus inmediaciones discurría el antiguo camino de Montizón, que era una ruta de comunicación habitual con Castilla a través de Sierra Morena.
El castillo de Sorihuela estaba ubicado sobre un promontorio rocoso que se elevaba por encima de la localidad. El único vestigio que se conserva es la torre del homenaje, levantada en el siglo XIII.
Datos Históricos
En la superficie de la meseta existen huellas de fortificación antigua, posiblemente una fortaleza romana o ibera vinculada a Oretania.
A mediados del S. IX se construyó en Sorihuela una fortificación árabe para defender la margen izquierda Guadalquivir y como avance del río Guadalimar.
En 1235 Fernando III conquistó Sorihuela, una pequeña alquería árabe, entregándosela como servicio al infante D. Sancho, obispo de Toledo, como parte del adelantamiento de Cazorla y frontera frente a los musulmanes. Sorihuela pronto se revalorizó por su cercanía al camino de Montizón que comunicaba Sierra Morena con Castilla.
La torre del Homenaje fue mandada construir por los arzobispos toledanos a finales del siglo XIII, aprovechando la primitiva estructura del pequeño castillo medieval. Esta torre garantizaba que el adelantado cobrara la renta de la marzazga que todos los pobladores debían pagar al Arzobispado por su pertenencia al señorío de Toledo así como el tributo de la fonsadera que pagaban aquellos que pretendían liberarse del servicio de armas.
Todavía a finales del siglo XVI estaba ocupada por un guardián dependiente del alcaide de Iznatoraf.
El torreón
La torre del homenaje es cuadrada de mampostería regular colocada a hiladas y cadenas en las esquinas de sillería, dispuesta a soga y tizón. La planta tiene 9.4 metros de lado y 13.7 de altura hasta el parapeto almenado.
La entrada, ubicada en la planta baja casi a nivel del suelo, es adintelada. La torre cuenta con tres pisos, cada uno con dos estancias comunicadas, cubiertas con bóvedas de medio cañón ligeramente apuntadas que se apoyan en un muro medianero común y en los muros norte y sur de la torre. La escalera que lleva de una planta a otra está empotrada en los muros este y oeste.
En la parte superior había canes y, a eje con la puerta, se colocó un balcón amatacanado para garantizar una mejor protección de la entrada, éste adornado en su parte superior por una cabeza de mujer o lampiño doncel, al parecer tocada con velo o caperuza de malla militar.
En cada piso existen ocho saeteras, dos de cada lado de la torre, que se data entre los siglos XIII y XIV. Los pisos superiores se abrían al exterior también a través de ocho saeteras pero una vez que la torre perdió su función militar y se convirtió en residencia las saeteras se transformaron en ventanas.
La terraza de la torre la culmina una espadaña de un solo cuerpo que cubre un arco de medio punto, protegida por frontón triangular, para alojar una campana, que atestigua su utilización como lugar de culto, como también ocurrió en otros castillos y torres del Adelantamiento como Villanueva del Arzobispo, Villacarrillo o Santo Tomé.
En la superficie de la meseta de piedra se advierten los alvéolos y marcas de la primitiva fortificación que sería de madera.
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